jueves, 22 de abril de 2010

Economía

Antes de su disolución, la Unión Soviética era la segunda economía más poderosa del mundo, tras la de Estados Unidos. El gobierno estableció sus prioridades económicas por la economía centralizada, un sistema bajo el cual las decisiones administrativas, en lugar del mercado, determinan la asignación de recursos y los precios. Algunos momentos como los de Nikita Jruschov cuando afirmaba "los enterraremos" en el sentido económico fueron tomados en serio por muchos analistas.
Después de la revolución bolchevique de 1917, el país creció desde una sociedad campesina en gran parte subdesarrollada con la industria mínima a llegar a ser el segundo mayor poder industrial en el mundo. Según las estadísticas soviéticas, la producción industrial del país en el mundo creció de 5,5% a 20% entre 1913 y 1980. Aunque algunos analistas occidentales consideran estos datos hinchados, el logro soviético fue notable. Recuperando los acontecimientos calamitosos de la Segunda Guerra Mundial, la economía del país había mantenido una tasa continua aunque desigual de crecimiento. El nivel de vida, aunque todavía modesto para la mayoría de los habitantes según los estándares occidentales, había mejorado.

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